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TDAH y Apego: Importancia de la relación madre-hijo

El vínculo paterno-filial o apego es uno de los factores más influyentes en la aparición y mantenimiento de los trastornos infantiles, entre los cuales se encuentra el TDAH. Aclaremos desde el inicio que hablamos de factores que influyen, no de causas, motivos, o consecuencias.

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El apego consiste en "un conjunto de pautas de conducta características, en parte programadas, que se desarrollan en el entorno corriente durante los primeros meses de vida y que tienen por objetivo mantener al niño en una proximidad más o menos estrecha con su figura materna" (sea esta la madre o su principal cuidador). Hacia el final del primer año, esta conducta se organiza como un sistema y se vuelve activa cada vez que se dan ciertas condiciones en las que la seguridad del niño peligra de algún modo (situaciones atemorizantes, dolor, cansancio o cuando él siente que su madre es inaccesible). Este conjunto de conductas tiene como finalidad la protección y un rasgo importante es la intensidad de la emoción que la acompaña. La conducta de apego se alterna con la de exploración del medio, de manera que si la conducta de apego se activa el niño cesa temporalmente su conducta de exploración.

Se han definido cuatro tipos principales de apego, entre los cuales hay uno deseable, y los restantes que necesitarían ser mejorados:

Apego seguro: Estos niños confían en que sus padres o figuras parentales serán accesibles, sensibles y colaboradores si ellos se encuentran en una situación difícil o atemorizante; con esta seguridad se atreven a explorar el mundo.

Apego inseguro-evitativo: no confían en que cuando busquen a sus padres, estos acudirán y recibirán una respuesta adecuada, y a partir de aquí intentan volverse autosuficientes.

Apego inseguro-ambivalente o ansioso: están seguros de que sus padres estarán accesibles y les darán una respuesta ajustada cuando la necesiten, pero a la vez hay una abundante expresión de emociones entre el adulto y el niño que no se ajusta a la realidad. Esta situación provoca en el niño una gran incertidumbre, el cual tiende a la separación ansiosa y al aferramiento, y a la vez inhibe la exploración del medio.

Apego inseguro-desorganizado: muestran comportamientos desorganizados e incoherentes con la situación, e incluso llegan a mostrar conductas estereotipadas.

La relación entre los tipos de apego y los niños con diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad ha sido escasamente estudiado. Existe, sin embargo, un número importante de estudios en temas relacionados entregan soporte para pensar en una asociación entre TDAH y trastornos del apego:

En primer lugar los niños con TDAH presentan un importante déficit en las habilidades de auto-regulación (control de impulsos, capacidad de autocalmarse, perseverancia, inhibición, etc.), en cuyo desarrollo juega un rol fundamental la interacción temprana entre el niño y sus padres. Los bebés dependen inicialmente de la habilidad que tengan sus padres o cuidadores principales para contener y regular sus estados, esta relación temprana establece la base sobre la cual el niño adquiere gradualmente las habilidades de autorregulación. En una relación conflictiva entre el niño y sus padres la adquisición de estas capacidades se ve afectada. De hecho se ha observado que los niños que presentan un vínculo inseguro son más vulnerables a presentar problemas de regulación de los afectos y la conducta, tal como ocurre en los niños con TDAH.

Además investigaciones señalan que la seguridad en el vínculo tiene efectos positivos en el desarrollo de competencias en las que los niños con TDA-H presentan dificultades, tales como la atención sostenida, persistencia en la resolución de tareas y afecto, control cognitivo sobre los impulsos y postergación de la gratificación, etc.

La investigación de las interacciones actuales entre padres e hijos con TDAH revelan patrones similares a los observados en el contexto de relaciones de apego inseguro (relaciones paterno-filiales caracterizadas por bajo involucramiento, negatividad y falta de respuesta a las señales del niño o intrusividad). Sin embargo, muestran que las madres de niños con TDAH responden menos a interacciones neutrales o positivas iniciadas por el niño y tienden a un estilo de respuesta negativa-reactiva, impositiva y controladora y usan menos estrategias de parentalidad positivas.

Desde una perspectiva complementaria, es interesante también observar que muchas madres de niños con TDAH refieren que sus hijos desde muy pequeños fueron irritables, difíciles de calmar, muy activos y resistentes a los cambios en los patrones de alimentación. Esto hace que sean niños difíciles de cuidar, lo que influye negativamente en el establecimiento de un vínculo seguro entre el niño y sus padres (Clarke et al., 2002). De hecho, los padres de niños con TDAH suelen percibir la relación con sus hijos como significativamente más negativa que los padres de niños que no presentan este trastorno (Gerdes, Hoza & Pelmham, 2003).

Por todo esto podemos deducir, que los niños que presentan un apego inseguro son más vulnerables a presentar problemas de autorregulación y de conducta, como ocurre en los niños con TDAH.

La evaluación del vínculo permite ofrecer tratamientos más personalizados e individualizados. De este modo, en los casos en los que existiera un vínculo seguro, se deberían abordar los aspectos referentes al manejo de las conductas del niño con TDAH, en la cual se incluiría a los padres y al contexto educativo.

En aquellos casos en que el vínculo sea inseguro (como se ha observado en una gran mayoría), habría que intervenir sobre estas dificultades en el vínculo para una mejor efectividad del tratamiento propuesto.

El logro de un apego seguro puede actuar como factor protector sobre el empeoramiento de la sintomatología del TDAH, mientras que un apego inseguro se consideraría un factor de riego en el curso del trastorno y en la aplicación del tratamiento.

Incluso antes del diagnóstico, se puede actuar de forma preventiva para conseguir la evolución satisfactoria de un niño con posible sospecha de TDAH estudiando el tipo de apego establecido entre la figura de apego y el niño.

Una vez apreciado un apego inseguro, sería imprescindible llevar a cabo un tratamiento enfocado en el vínculo para mejorar el estilo parental y evitar las consecuencias nocivas derivadas de éste. Esta intervención debe empezar lo antes posible ya que los patrones de apego son flexibles en el primer tiempo de la vida pero más adelante se vuelven esquemas estables de relación y crean las representaciones internas de apego que persisten hasta la edad adulta.

 

BIBLIOGRAFIA:

García Quiroga M., Ibáñez Fanes M. `Apego e Hiperactividad: Un Estudio Exploratorio del Vínculo Madre-Hijo` Ter Psicol v.25 n.2 Santiago dic. 2007

Fuster V. `Vínculo entre padres e hijos ¿Es tan importante el vínculo con mi hij@ ante un trastorno como el TDAH?` psicóloga y terapeuta de Red Cenit

Santurde del Arco E.; Del Barrio del Campo, J. A. `Los modelos de apego y los estilos educativos en niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad`.

 

 
 
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