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El asesoramiento y colaboración a las familias es uno de los pilares del progreso educativo del alumno con TDAH. Por ello, desde los Servicios de Orientación del centro educativo debe darse respuesta a las necesidades que presentan tanto el alumno como las familias.

Podemos identificar tres momentos clave en el proceso de detección: sospecha- diagnóstico- intervención. Desde luego que el momento más delicado e importante donde las familias necesitan información es la primera y segunda etapa (sospecha y diagnóstico). Por ello, si encontramos índices de alerta compatibles con la sintomatología del TDAH es clave que informemos a la familia de una manera global sobre qué es este trastorno, qué manifestaciones presenta, la posible razón de muchos de sus actos... (le cuesta levantarse, no se acuerda de llevar todos los libros, no apunta en la agenda, se mueve en exceso…etcétera).

La psicoeducación para padres en el TDAH surge de la necesidad de dotar a la familia de estrategias que le permitan comprender, abordar y tratar el TDAH. De esta forma se busca aliviar la carga emocional negativa y disminuir la ansiedad, de la misma manera que favorece una intervención eficaz con el alumno. Por lo tanto, el profesor de la especialidad de Orientación Educativa del centro debe pasar por varias fases en este proceso de psicoeducación:

1. Psicoeducación informativa sobre el TDAH: Se trata de informar sobre las características generales del TDAH, esta etapa nos sirve para modificar esquemas mentales erróneos sobre el trastorno, para cambiar actitudes y nos permitirá modificar conductas en etapas posteriores.
2. Psicoeducación informativa sobre los servicios del centro: Igual de importante es que conozcan el trastorno como los recursos con los que su hijo/a cuenta dentro del centro para cubrir sus necesidades, en el caso de que estemos en la fase de sospecha, no es el momento para decidir los recursos, pero sí para informar y trasladar tranquilidad a la familia, se trata de que sepan que hay medios para abordarlo. Si sólo nos quedamos en la etapa informativa, el asesoramiento no iría más allá de la pura prescripción.
3. Psicoeducación informativa sobre los servicios de la zona: Es posible que haya necesidades personales, emocionales, sociales...que por falta de medios o recursos en el centro no se pueden dar la atención que requieren. Es por ello que será esencial informar a las familias qué profesionales, centros, fundaciones, asociaciones....trabajan con alumnado con estas características.
4. Trasladar confianza y cercanía: El orientador/a y tutor/a deben mostrarse como una herramienta para las familias, un "puente" que les permite acercarse a la nueva (o posible) realidad de su hijo/a. Muchas veces las familias, dada la desinformación que tienen sobre el trastorno, presentan una visión negativa del camino a recorrer, la labor como orientadores es ser capaces de combatir el pesimismo que algunas veces tienen las familias sin que la alternativa sea un optimismo desmedido.

Por todo ello, la colaboración entre orientadores, tutores, familias y entorno sociocomunitario es la piedra angular de la atención a la diversidad en general y de la intervención eficaz con el alumno con TDAH en particular.

                                                                                                                              Fundación CADAH 2018