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Al salir de clase: actividades extraescolares que convienen a niños hiperactivos

Hay muchas razones por las que los padres apuntan a los niños a realizar actividades extraescolares, la mayoría necesita recurrir a las actividades extraescolares para compatibilizar el horario escolar de sus hijos con el horario laboral, y todos tratan de que estas horas se aprovechen en beneficio de éstos. Algunos prefieren dedicar ese tiempo a reforzar algunas áreas específicas en las que sus hijos demuestran tener cierto déficit, y no son pocos los que, preocupados porque el niño se quede descolgado y pierda el tren de los estudios, consideran que nunca son demasiadas las clases de refuerzo.

Sin embargo, cantidad no es sinónimo de calidad, y los niños hiperactivos no sólo no tienen todo el tiempo del mundo sino que se agotan en mayor medida que los niños de su edad, así que para ellos es todavía más importante optimizar las horas que dedican al estudio en lugar de ampliar la jornada de forma improductiva con clases extras.

Uno de los objetivos fundamentales de las actividades extraescolares en niños hiperactivos es su poder reparador de la autoestima y la ayuda para el desarrollo de un sentido de auto-competencia, desarrollar habilidades en las que pueda destacar y/o que le ayuden en el mantenimiento de una autoestima positiva. No olvidemos que la vida de un niño con TDA-H está llena de pequeñas experiencias de fracaso que acumula a lo largo del día. Las actividades extraescolares, bien elegidas y en las condiciones adecuadas, pueden ayudarle a sentir que, por una vez, las cosas se le dan bien, incluso que destaca en algo positivo y sobre los demás. Podemos buscar una actividad que practique semanalmente o actividades esporádicas de vez en cuando. Las actividades más adecuadas serán aquellas que potencien las habilidades que se le dan mejor al niño, con el fin de que se sienta, por una vez, incluso más competente que sus compañeros/as. Evitaremos aquellas actividades que, por su naturaleza o por la metodología empleada, le exijan tanto autocontrol como el que demanda el colegio. Si es necesario, recurriremos a clases individuales en lugar de actividades de grupo. En aquellos casos en los que resulta muy difícil que el niño se defienda bien en alguna de las actividades que suelen hacer los niños de su edad, podemos buscar otra actividad poco frecuente, con el fin de que sea el único chico o chica de su clase o de su entorno que la realice.

                           TDAH ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES POSITIVAS

 En las situaciones de crisis importantes en las relaciones padres-hijos, puede ser hasta recomendable plantearse apuntar al niño a una actividad extraescolar con el fin de mantenerle ocupado mientras los padres recuperan las energías perdidas en años anteriores y acuden a sesiones para aprender a manejar mejor la situación. Es aquí donde entran en juego las actividades extraescolares como un modo de tener al niño en una situación agradable para él, controlada y bajo la supervisión de un adulto, siendo posible que éste sea más capaz de imponerle disciplina mientras los padres se toman un respiro, recuperando la energía perdida y formándose para saber cómo actuar con él las horas que resten del día.

Análisis del valor de las actividades extraescolares

1.- Actividades deportivas

Para un niño afectado de TDAH, el ejercicio físico es siempre beneficioso, ya que:

  • Ayudan al desarrollo físico, a liberar la energía extra a la vez que sirve para estimular el cerebro, a la percepción espacial, la coordinación motora, la agilidad y el equilibrio.
  • En lo social, aprenden a asumir responsabilidades, a asimilar las normas, a aceptar las frustraciones, y a respetar a los demás. Le enseña habilidades sociales y autodisciplina.
  • Desarrolla la paciencia y el autocontrol.
  • Algunos ejemplos: baloncesto, fútbol, gimnasia rítmica, voleibol, natación o artes marciales, etc. No obstante, si tu hijo es de los que se aparta de los deportes de equipo, puedes anotarlo en actividades como montar en bicicleta, nadar o hacer gimnasia. Otra opción ideal son las artes marciales, que no sólo enseñan técnicas de defensa propia, sino que son las que más ayudan a desarrollar valores positivos como el respeto a los mayores o la empatía. 

2.- Actividades artísticas

Si tu hijo muestra aversión al deporte, puede que se sienta inclinado hacia las bellas artes, ya que los hiperactivos suelen ser personas muy  creativas. Para este tipo de niños, lo mejor es que  por las tardes aprendan a tocar algún instrumento o acudan a clases de arte o danza. 

  • Potencian el gusto por la estética, la creatividad, la imaginación y la reflexión. La mayoría de ellas desarrollan las destrezas manuales y visuales.
  • Ayuda a transformar el estrés y la ansiedad en energía creativa.
  • Desarrolla la paciencia y el autocontrol.
  • Enseña a aceptar las críticas de los demás.
  • Son actividades que enseñan valores como autodisciplina, la perseverancia y la responsabilidad.
  • Algunos ejemplos: pintura, música, teatro, danza, manualidades, etc.

3.- Actividades académicas

  • Tienen el objetivo principal de reforzar algunas áreas específicas en las que los niños demuestran tener cierto déficit (suelen centrarse en algunas asignaturas e idiomas).
  • Corren el riesgo de que no sirvan para desfogarse, por lo que debemos de complementarlas con otro tipo de actividades.

No importa el tipo de actividad por la que te decidas, pero siempre asegúrate de que supervisas el progreso de tu hijo periódicamente. Si sientes que las actividades que realiza  no le aportan los beneficios mencionados, es posible que debas cambiar de actividad extraescolar; y algo que debes tener presente es que las actividades que realice siempre deben aumentar su autoestima, no empeorarla. Para ello debes estar seguro de que siempre puedes contar con la ayuda del entrenador o profesor para evaluar el desarrollo de tu hijo.

La práctica moderada: el principio del equilibrio

Debemos valorar si son excesivas las actividades extraescolares a las que sometemos a los niños con TDA-H, incluso cuando tenemos la impresión de que están encantados y no les agotan. Debemos ser conscientes de que aunque su cabeza pida actividad sin fin, su cuerpo necesita descansar y relajarse, así que racionaremos convenientemente las horas de trabajo, actividades y emociones. Las actividades extraescolares, por muy ociosas que parezcan, son actividades regladas, dirigidas por un adulto al que hay que obedecer y prestar atención. No relaja igual una clase de tenis que un partido informal con un amigo. En definitiva, a la hora de elegir las actividades extraescolares tendremos en cuenta aspectos como los siguientes:

  • Que sea del gusto del niño, valorar su opinión. Si odia tocar la flauta o se ve ridículo asistiendo a las clases de bailes de salón, no merece la pena que insistas: acabará por dejarlo.
  • Que potencie sus buenas habilidades y que le permita destacar, ya sea porque se le dé bien, porque sea una actividad que no practique nadie (ser el mejor de algo que no hace nadie es fácil) o porque lo practica con niños de menor edad.
  • Con un profesor afectivo, paciente y motivador que utilice una metodología activa y lúdica.
  • Individual o en grupos pequeños, para que no le exija el mismo esfuerzo de atención y autocontrol del comportamiento que tiene en el gran grupo de clase.
  • Una práctica moderada que no le agote (no siempre tiene que ser semanal, podemos practicar actividades puntuales diferentes). No lo sobrecargues, es importante que las clases extraescolares no superen las 4 o 5 horas semanales, un niño no está preparado para soportar una jornada de adulto.
  • Que se adapte a nuestro bolsillo y a las condiciones de tiempo y distancia de casa. No tendría sentido que el niño esté encantado y los padres cada día más estresados.
  • Intenta romper con la rutina, ya se pasa 25 horas semanales con los mismos niños de la clase durante 10 mesas al año; si además comparte las actividades extraescolares e incluso los campamentos de verano; su mundo de relaciones sociales se verá muy limitado. Siempre que sea posible, le vendrá bien cambiar de aires y de compañeros/as.
  • No lo castigue amenazándole con sacarlo de la actividad extraescolar: forma parte de su desarrollo y, si está bien escogida, le ayuda a conseguir su equilibrio personal.
  • Evita el sexismo: a las niñas les viene muy bien el yudo o el futbito y a los niños, el patinaje o el ballet.

 

BIBLIOGRAFÍA

Programa prensa-escuela de la  Voz de Galicia (Obra Social La Caixa)."La atención a la diversidad".

Orjales, I. TDAH, elegir colegio, afrontar deberes y prevenir el fracaso escolar. Pirámide 2012.

 
 
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