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La responsabilidad de los padres es velar por la educación de sus hijos, es por tanto necesario despojarse del miedo de asumir esa responsabilidad a la hora de buscar lo más beneficioso para el niño y  tomar la decisión de cambiar de centro. No todos los colegios son adecuados para todos los alumnos, ya que son muchos los factores que influyen en el "éxito escolar". Así, es tan importante que el niño vaya a gusto a clase porque congenie bien con sus compañeros, como la relación que mantenga con los profesores (que pueden cambiar de un año a otro) y la metodología de los contenidos y materias que se imparten.

Un niño puede adaptarse bien a un determinado colegio, que sin embargo no sea el óptimo para otros niños, ya que aunque todos los colegios imparten las mismas asignaturas, cada centro potencia unos determinados aspectos y la disciplina varia, existiendo rasgos implícitos en el  ideario. A la hora de buscar un nuevo colegio hay que tener en cuenta tanto el aspecto académico como que se ajuste a la personalidad del niño. Cada centro es un mundo distinto, por lo que hay que conocerlo a fondo para asegurarnos de que va a ser el adecuado para nuestro hijo. Debemos tener en cuenta los siguientes factores:

                     

1. El proyecto educativo: debemos evaluar el proyecto educativo del centro, que en muchos casos no es compatible con las capacidades y personalidad del niño, ni con la ideología, las costumbres, la religión y la cultura de la familia. Por lo tanto, al hacer la selección es clave conocer antes la filosofía del colegio, su metodología y estilo de enseñanza. La línea educativa y pedagógica del colegio debe ser acorde con la que desean transmitir los padres a sus hijos. De hecho, los padres tienen derecho a recibir información sobre el ideario, el modelo educativo y la organización del centro. Por lo que deben intentar concertar una cita con el tutor, orientador o director del centro.
2. Equipos y programas de apoyo: debemos conocer qué recursos humanos posee el centro, es decir qué tipo de Servicio de Orientación pose. En líneas generales siempre será mejor que posea un orientador permanente que haga un seguimiento a lo largo del tiempo que un EOEP (Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica) que acuda al colegio ciertos días a la semana (hecho que suele ocurrir en la etapa de primaria en los centros concertados). Así mismo es conveniente cerciorarse de que el colegio deseado tenga, en caso de que nuestro hijo lo necesite, una atención personalizada al alumno (clases de apoyo, personal específico de pedagogía terapéutica (PT) o personal específico de audición y lenguaje (AL).
3. Instalaciones del centro: también es de gran utilidad recorrer sus instalaciones durante el horario escolar. En la mayoría de los casos la decisión no es fácil y hay que sopesar variables como el número de alumnos por aula y el tamaño del centro.
4. Ubicación del centro: es deseable que el centro educativo esté cerca del domicilio familiar ya que no perderemos tiempo en el traslado diario, evitando el gasto de energía y que el cansancio influya disminuyendo su atención.
5. El horario escolar: debemos saber si el centro dispone de un horario de jornada partida o continúa. Siempre es preferible la jornada continua, ya que ésta deja tiempo libre para actividades extraescolares por las tardes o para la realización de tareas escolares y tiempo de estudio o refuerzo educativo.
6. Servicios que ofrece el centro: debemos conocer los servicios que ofrece la escuela (comedor, actividades extraescolares, gimnasio, servicios de transporte, etc.). Especialmente importante es que el colegio disponga de servicio de comedor, ya que éste les ayuda al establecimiento de rutinas en la alimentación, aspecto en el que los padres encuentran especialmente dificultades. El centro debe estar informado de los efectos secundarios de la medicación (tanto si una medicación a corto plazo donde hay que estar pendiente de la toma del mediodía como si es de acción larga y se ha administrado al principio de la mañana) produciéndose una pérdida de apetito que los agentes del comedor tienen que tener en cuenta a la hora de la alimentación. Así mismo, las actividades extraescolares también sirven para canalizar la energía de los niños hiperactivos y cuando se trata de juegos en equipo contribuyen a fomentar las relaciones sociales.
7. Las características específicas del niño: En ocasiones el niño puede estar muy adaptado pero tener dificultades específicas que no le permiten obtener logros y evolucionar adecuadamente. Por ello, es aconsejable evaluar las necesidades y circunstancias personales de cada niño a la hora de tomar esta decisión. Así, un niño tímido o con problemas de relaciones sociales puede encajar mejor en un colegio pequeño y dado que los alumnos de TDAH se encuentran dentro del alumnado con necesidades educativas especiales así mismo, les serán más fáciles los centros que facilitan las adaptaciones curriculares y se ajustan a sus necesidades educativas.

DESPUÉS DEL CAMBIO

1. Hacer un seguimiento y la comunicación posterior padres-hijo: Una vez realizado el cambio, no se debe bajar la guardia y hacer un seguimiento del niño, vigilar su adaptación. Por ello hay que fortalecer la comunicación, darles pie para que expliquen cómo se sienten y ser pacientes con ellos ante sus cambios de humor, ya que necesitan tiempo para adaptarse. Para muchos niños, un cambio de este tipo puede resultar demasiado estresante. Probablemente se muestre más nervioso que de costumbre, duerma mal, esté irritable, etc. Aunque, seguramente, como padres estéis viviendo una situación difícil, también debéis volcaros en apoyar a vuestro hijo. Él necesita confianza, seguridad y alegría para afrontar su nueva etapa, y, sin la presencia de sus amigos de siempre, es la familia la que se lo debe proporcionar. Hay que mostrarles nuestro apoyo y subrayar siempre las cosas positivas que ha traído el cambio. Seguramente él las niegue de primeras, pero ese tipo de mensajes acabarán calando en su interior. También debemos hacer que mantenga el contacto con sus antiguos compañeros, ya que lo más probable es que el niño los eche mucho de menos.
2. La adaptación al nuevo colegio: La adaptación dependerá de los motivos que hayan provocado el cambio. Será más difícil si el niño no quería cambiar y ha sido decisión de los padres, ya sea por necesidad o por rendimiento académico o amistades. En cambio, si el niño tenía problemas en su anterior colegio será más receptivo al cambio de centro. En todo caso, de su actitud dependerá el resultado de la adaptación por lo que se le deben dar las claves que le ayuden en esta nueva situación. Cuanto más abierto y sociable sea menos problemas se generarán, pero si ya parte con una autoestima baja puede ser difícil su integración. Debemos no tener prisas, hay que darle tiempo para que se haga su espacio y tome confianza. Recordar al niño que es un proceso lento en el que él también tiene que poner de su parte y dar tiempo a sus nuevos amigos para que lo acepten. No podemos pretender que todos los niños tengan notas altas, ni que se adapten con la misma facilidad al método de aprendizaje. Se debe conocer al niño en profundidad y exigirle según sus posibilidades y, del mismo modo, recompensarlo de acuerdo con sus logros personales, ofreciéndole algo que él valore realmente, en función de sus actitudes (felicitarle, dejarle que tenga más responsabilidades como, por ejemplo, ser el delegado de clase o decidir más libremente a medida que se esfuerza sobre el uso de su tiempo, publicarle un dibujo o un poema en el periódico escolar, etc.).Premiar siempre su buen desenvolvimiento escolar, sus esfuerzos, sus avances cotidianos y la superación de las dificultades es una manera de fomentar las conductas deseables y de ayudarle a confiar en sus capacidades, a sentirse seguro de sí mismo y a gusto con el entorno, lo cual redundará en un buen rendimiento escolar. Así mismo, debemos estar pendientes de sus reacciones, cada niño reacciona de un modo diferente ante esta experiencia, y conviene estar al tanto de cómo la va afrontando. Toda alteración en el comportamiento indicaría una situación problemática de fondo: miedo, ansiedad, incomprensión, soledad, etc. En estos casos conviene hablar con el Departamento de Orientación del centro o solicitar ayuda profesional, los resultados académicos no tienen por qué sufrir una alteración si se trabaja el cambio desde el principio. Como padres podemos adoptar las siguientes medidas:

• • Acompañar a nuestro hijo al nuevo colegio al menos los primeros días, observando si se queda de buen grado o cómo se relaciona con los compañeros a la entrada.
  • Trabar amistad con otras madres y padres de sus compañeros de clase.
  • Enterarnos si sus compañeros de clase realizan alguna actividad extraescolar en el mismo centro o si tienen por costumbre ir a algún parque cercano al terminar la jornada escolar.
  • Animarle a que invite a sus nuevos amigos a casa, a merendar o a hacer las tareas escolares juntos.
  • Entrevistarnos con el profesor e interesarnos por cómo se adapta el niño a la nueva clase.

 

WEBGRAFÍA

http://www.padresonones.es/noticias/ampliar/530/noticiasampliarcuando-como-y-porque-cambiar-a-un-nino-de-colegio

http://edukame.com/un-cambio-de-colegio-para-tu-hijo

http://www.conmishijos.com/ninos/ninos-colegio/nuevo-en-clase.html

http://www.padresycolegios.com/noticia/3907/Busco-colegio/SOS-A-buscar-colegio.html