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Información sobre el TDA - TDAH o Déficit de Atención con/sin hiperactividad en la Fundación CADAH
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TDAH: Dificultades en el lenguaje pragmático

El lenguaje es el sistema a través del cual nos comunicamos y expresamos nuestras ideas y sentimientos, siendo su expresión más habitual el lenguaje oral, aunque éste no es la única forma de manifestarse.

En el libro `Habilidades tempranas de comunicación`, la Dra. Libby Kumin describe las cuatro dimensiones del lenguaje como las siguientes:

El desarrollo fonológico hace referencia a sonidos de un lenguaje. Estos sonidos se estructuran en fonemas, que son los elementos más pequeños del lenguaje que al cambiarse unos por otros dan lugar a diferentes palabras.

El desarrollo semántico hace referencia al contenido, al significado de las diferentes palabras que el niño emplea en sus oraciones, es decir, a la combinación de fonemas. Las palabras son las unidades fundamentales del lenguaje, constituyen la base de la estructura de la información comunicable, tanto en la producción como en la comprensión.

El desarrollo morfológico-sintáctico hace referencia a cómo se organizan las palabras en las frases y oraciones que emplea el niño en su vida diaria.

                 

A medida que los niños practican y dominan los sonidos (fonemas), los significados (semántica) y las reglas gramaticales (sintaxis) también deben aprender un gran número de reglas no verbalizadas que dirigen la conversación, esto es la pragmática del lenguaje. (Bates,1976)

Para que la comunicación con otras personas se realice y usemos nuestro lenguaje de forma correcta, disponemos de una habilidad llamada pragmática. Gracias a ella podemos comunicarnos de una forma u otra dependiendo de cada situación.
Siempre que hablamos del término pragmática (a menudo difícil de entender) nos referimos al uso social de la lengua. En otras palabras; el desarrollo pragmático es la forma en que nos comunicamos a través de las palabras y nuestros cuerpos en un contexto social. Por ejemplo, estableciendo un contacto visual con otra persona, saludando, mostrando y respondiendo a las emociones de los demás, etc.

El lenguaje como función cognitiva permite comunicar mensajes a partir de recursos lingüísticos que se comparten socialmente. Esta habilidad neurocognitiva requiere de múltiples asociaciones cerebrales y se puede ver afectada por el TDAH y afectar todos los niveles del lenguaje. El nivel fonológico implica la habilidad para asociar los sonidos con los grafemas y así lograr el aprendizaje de la lecto-escritura. Las investigaciones con respecto a la conciencia fonológica en TDAH muestran resultados contradictorios, debido a que en algunos estudios se han reportado alteraciones (Miranda, Ygual, Mulas, Roselló y Bó, 2002), mientras que en otros no (Gómez, Pineda y Aguirre, 2005); los resultados en general indican que las dificultades en el procesamiento fonológico predictores de dislexia o de trastorno específico del lenguaje, no parecen estar directamente relacionado con el TDAH (Miranda, García y Soriano, 2002).

Las alteraciones en otros niveles como el morfológico, sintáctico y semántico no son consistentes en los niños con este trastorno, pero, las dificultades pragmáticas parecen estar presentes en todos los niños con TDAH (Uekermann, Kraemer, Abdel- Hamid, Schimmelmann, Hebebrand, Daum, Wiltfang y Kis, 2010; Ygual, 2011). La alteración de la pragmática del lenguaje ha sido estudiada desde la lingüística en tres niveles que son: interactivo, textual y enunciativo. El nivel interactivo tiene que ver con la fluidez del lenguaje, participación en la conversación, iniciativa, gestualidad, mirada, adecuación al contexto; el nivel textual se refiere a la forma, es decir, uso de tiempos y géneros, organización de las frases, significado del contenido, coherencia del tema, estilo del relato; y el nivel enunciativo es la articu¬lación, escogencia de palabras, pausas, comunicación no verbal, intencionalidad, autocorrección, modismos, metáforas, manera, pertinencia, cantidad y veracidad (Gallardo, 2009).

La pragmática como una habilidad en el uso social del lenguaje, permite que en una conversación ambos interlocutores compartan la intencionalidad del mensaje, pero para que se compartan los recursos lingüísticos sociales es importante interactuar desde la infancia con adultos que sean interlocutores avanzados y que conozcan la lengua natural; son adultos sensibles que captan la intencionalidad del niño cuando emite algún mensaje, bien sea verbal o no verbal.

Comprender la intención comunicativa de un niño permite al adulto actuar como un educador informal y responder a los men¬sajes con frases cada vez más complejas, modelando un estilo en el que espera turnos para hablar, toma iniciativa para cambiar de tópico en la conversación y emite señales para seguir o parar la conversación (Bruner, 1995). Los niños con TDAH tienen dificultades en el aprendizaje de la pragmática del lenguaje desde las primeras interacciones con adultos, porque ellos están en constante movimiento, produciendo que el periodo de contacto visual sea insuficiente para comprender el mensaje no verbal del adulto; los cortos periodos de atención impiden aprender lo que el adulto enseña y al convertirse en un intercambio en el que el niño no parece interesado, el adulto abandona la actividad perdiéndose la oportunidad del aprendizaje pragmático (Camarata y Guipson, 1999).

Además de las dificultades en las interacciones con el adulto, se ha observado que los niños con TDAH presentan retardo en la adquisición de algunas conductas como la sonrisa social, y en lugar de esto presentan agresividad, escasa interacción con los padres y estados de sobreexcitación. Otra característica observada es que a los dos años de edad, cuando se espera que muestren indicios de diferenciar las conductas no apropiadas, los niños con TDAH siguen requiriendo permanente supervisión de los padres. Las habilidades pragmáticas como solicitar ayuda, observar las reacciones no verbales del adulto, iniciar una acción para que el otro comprenda su intención, no se presentan con la regularidad que se observa en otros niños sin este diagnóstico (Eirís, Gómez y Castro, 2006).

 


Bibliografía:

Giraldo Giraldo, Y., Chaves Castaño, L. `Trastorno por déficit de atención/hiperactividad y dificultades en lenguaje pragmático`.

Rodríguez Martínez A. `El desarrollo de la pragmática en niños` www.fundacionquerer.org

 
 
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