Las personas con dislexia siguen cometiendo más errores al escribir cuando son adultos
Investigadores de la Universidad de La Laguna en Tenerife han demostrado que las personas adultas que sufren dislexia desde niños suelen presentar más problemas de escritura en la edad adulta que aquellos con una capacidad lectora normal.
En concreto, según los resultados de un trabajo publicado en la revista `Frontiers in Psychology`, se ha visto que cometen más errores y empiezan a escribir más tarde cada palabra.
La dislexia se asocia con la dificultad para leer de los niños que confunden y alternan palabras, letras y sílabas y, según han visto ahora, a la hora de escribir este trastorno sigue patente cuando crecen y llegan a la edad adulta.
Para demostrarlo, diseñaron un experimento con 40 adultos universitarios -20 disléxicos y 20 con capacidad lectora normal- de la misma edad y nivel educativo, que tenían que escribir en una tableta gráfica palabras que les fueron presentadas visualmente (tarea de copia) y auditivamente (tarea de dictado).
`Estas palabras variaban en su frecuencia de uso, en su longitud y en su consistencia en la relación entre fonemas. Las palabras consistentes, como `palo`, están formadas por sonidos que solo pueden escribirse de una manera; las palabras inconsistentes incluyen sonidos que podrían corresponder a letras diferentes, como `vaso`, que podría escribirse con b por su sonido`, ha explicado a Sinc Olivia Afonso, investigadora en el departamento de Psicología Cognitiva, Social y Organizacional de la ULL que ha liderado el trabajo.
De este modo, vieron como las personas con dislexia siguen experimentando dificultades en el lenguaje escrito y, además de cometer más errores, también empiezan a escribir más tarde (con latencias de escritura más largas) y producen pausas más largas entre letra y letra.
Esto se observaba tanto en copia como en dictado, aunque la diferencia era obviamente mayor en el primer caso ya que `a esta tarea hay que sumar a los problemas de escritura las ya conocidas dificultades en lectura que experimentan los disléxicos`, ha reconocido la experta.
Además, el equipo de Afonso analizó las características de las palabras que influían en la duración de las latencias y las pausas, y vieron como el grupo con dislexia mostraba efectos de frecuencia léxica y de longitud mucho mayores que los exhibidos por el grupo control.
Con respecto al efecto de frecuencia, el grupo con dislexia tardaba especialmente en empezar a escribir palabras poco frecuentes, lo que prueba que `necesitan mayor exposición a una palabra para poder almacenarla en su léxico ortográfico`; mientras que también era determinante el número de letras de las palabras, al aumentar `considerablemente` el tiempo que tardaban en empezar a escribir y el que duraban las pausas entre letras.
Este último resultado parece indicar que los disléxicos tienen dificultades en mantener o seguir una secuencia de letras en la memoria de trabajo.
Fuente: Revista "Frontiers in Psychology" (2015)
Texto completo: http://journal.frontiersin.org/article/10.3389/fpsyg.2015.00466/full