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Información sobre el TDA - TDAH o Déficit de Atención con/sin hiperactividad en la Fundación CADAH
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¿Cómo se manifiesta la baja tolerancia a la frustración en niños con TDAH?

Una situación nos parece frustrante cuando no podemos responder correctamente a las demandas de la misma, sentir esta frustración acompañada de escasas experiencias de éxito, produce que el niño se sienta indefenso y se haga cada vez más intolerante ante situaciones que requieran exigencia.

Los niños hiperactivos se ven sometidos a un mayor número de situaciones frustrantes a lo largo de su desarrollo, estas situaciones se incrementan a medida que también se incrementa la exigencia académica. Digamos que cuando la exigencia no la controlan, el niño se desespera, tira la toalla y niega trabajar u obedecer.

La concepción que tengamos sobre nosotros mismos tiene mucha importancia en cuanto a la tolerancia a la frustración, esto es, si el niño tiene una buena valoración de sí mismo tendrá una autoestima positiva, en cambio si tiene una valoración pobre, tendrá una autoestima negativa.

                      Una baja autoestima como causa de la baja tolerancia a la frustración

Las malas experiencias se acumulan en torno a un sentimiento de indefensión, es decir, de falta de control de los efectos de su comportamiento sobre la realidad: "yo me esfuerzo, pero no veo resultados".

La baja tolerancia a la frustración de estos chavales muchas veces está relacionada con una baja autoestima que está relacionada con el mal rendimiento escolar y que se agrava al llegar a la adolescencia, de tal forma que los niños con TDAH tienen una imagen de sí mismos más pobre. 

                      TDAH_FRUSTACIÓN                                          

Nos encontramos con la eterna dicotomía de "¿no puede hacerlo o no quiere hacerlo?" a lo que podemos contestar que a veces dan ambas cosas "tiene dificultades para hacerlo y no quiere hacerlo".

Es muy común que estos niños se atribuyan los éxitos y no lo fracasos, como medio para proteger su autoimagen, es común que cuando hablamos de fracasos, el niño con TDAH tienda a responsabilizar a factores que están fuera de su control: "la profesora me tiene manía", "es que a los otros niños se lo pusieron más fácil"...

Por lo general, la mala imagen que estos niños tienen de sí mismos se traduce en comportamientos fácilmente observables que varían según las características individuales.

1. Los niños que manifiestan abiertamente que se sienten incapaces.

Estos niños suelen solicitar ayuda hasta para cosas más elementales, rehúyen de la responsabilidad y evitan el trabajo que requiere esfuerzo o todas aquellas actividades donde no saben de antemano qué las van a realizar con éxito. Algunas de las conductas observables pueden ser: romper la hoja cuando no le salen las cuentas, tiran los libros, pegan cuando les insultan...

2. Los niños que tratan de esconder sus sentimientos de incapacidad.

Estos niños tratan de ocultar el gran miedo que tienen a no ser capaces. Por este motivo, evitan cometer errores demandando de forma excesiva instrucciones y dirección del profesor para tratar por todos los medios de conseguir resultados escolares aceptables. Esta actitud suele ser más propia de las niñas que de los niños y sus manifestaciones más claras son: ansiedad elevada ante el rendimiento académico, excesiva dedicación a las tareas escolares sin que los resultados sean acordes con su esfuerzo y gran frustración cuando no alcanzan los niveles que se autoimponen.

3. Los niños que dan muestras de arrogancia y prepotencia.

En algunos casos puede sorprender que algunos de estos niños muestren conductas de arrogancia, prepotencia y una aparente autoestima positiva. Aparentemente, porque seguramente en una observación más profunda descubramos la inconsistencia de esta imagen.

Detrás de una conducta de este tipo, suele esconderse un niño frustrado que desea ocultar una imagen negativa de sí mismo. Por ello, es muy frecuente que estos niños sean rechazados por sus compañeros y por los adultos que los ven como egoístas, desconsiderados, prepotentes…Entra en un ciclo en el que cuánto peor es la autoestima del niño, peor será su comportamiento y más rechazo obtendrá lo que redundará en un autoestima más negativa y el ciclo comenzará de nuevo.

 

Bibliografía

Orjales Villar, I. (1998) Déficit de atención con hiperactividad: manual para padres y educadores. Madrid: CEPE.

 
 
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