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Relación entre las alteraciones del sueño y el TDAH

Pediatría Integral 2014; XVIII (9): 668-677

La respuesta a la pregunta de la posible relación del TDAH con alteraciones en el área del sueño es compleja y, desde el punto de vista bioquímico, neurofisiológico y conductual, un reto para nuestros conocimientos y una respuesta nada fácil.

El TDAH es un importante problema de salud pública en nuestra sociedad actual, siendo la causa más frecuente de trastorno de la conducta en la infancia-adolescencia, así como de consulta en el pediatra, neuropediatra y especialista en Salud Mental Infantil.

La relación entre el sueño y el TDAH es conocida desde hace décadas y esta interrelación es compleja, multifactorial y multidireccional, de manera que los niños con alteraciones del sueño, con un sueño inadecuado o una mala calidad del mismo, desarrollan síntomas semejantes al TDAH.

El TDAH se considera el trastorno psiquiátrico y la alteración del neurodesarrollo del niño en la etapa escolar y adolescente, de mayor incidencia y prevalencia (Barkley, 2006), siendo uno de los problemas más relevantes de la infancia, produce un impacto sobre el desarrollo normal del niño y ocasiona una repercusión importante en la edad adulta de estos pacientes.

                           TDAH Y SUEÑO
El DSM-IV-TR refiere una prevalencia estimada entre el 3% y el 7% de la población en edad escolar. Con la publicación del DSM-V, se producen variaciones e incluso un aumento en la prevalencia del mismo, al elevar la edad de inicio de dicho trastorno de los 7 a los 12 años.

Los niños con TDAH presentan una alta incidencia de comorbilidad, pudiendo afectar hasta un 66% de los pacientes en algún momento de su vida, siendo el trastorno negativista desafiante, presente en un 40% de los niños con TDAH, el más frecuente; seguidos de los trastornos por ansiedad, con un 34%, los trastornos de la conducta en un 14%, y los tics en un 11%. Si realizamos un diagnóstico precoz y adecuado, con una intervención temprana, mejorará de forma significativa el pronóstico de estos niños y de su patología.

Desde el área del sueño, los niños con TDAH clínicamente se caracterizan por:

  • Permanecer más tiempo en la cama y tener más tiempo `para el sueño`, pero `menos sueño eficiente` real.
  • Mayor número de movimientos por cada época de sueño superficial.
  • Mayor actividad durante el sueño, piernas inquietas, movimientos periódicos de las piernas durante el sueño, patrones de sueño inestables y mayor somnolencia durante el día.
Los trastornos de sueño, muy frecuentes en los niños con TDAH, aparecen en un 25-50% de ellos y son 5 veces más frecuentes que en niños sanos.

Todavía están por discernir los factores que hacen que los niños con TDAH tengan diferencias en su calidad de sueño, pero sabemos que los pacientes con TDAH tienen reducida su concentración matinal de serotonina, presentando una mayor concentración nocturna de la misma y, al mismo tiempo, poseen una mayor concentración matinal de melatonina (que desaparece con la administración de metilfenidato de liberación prolongada), especialmente en los niños con conducta impulsiva.

Al mismo tiempo, los diferentes fenotipos de TDAH se asocian también a distintos problemas o trastornos del sueño.

El diagnóstico y tratamiento de los trastornos relacionados con el sueño proveen un desafío particularmente difícil, ya que muchos de sus síntomas pueden imitar los síntomas del TDAH y podrían ser exacerbados por síntomas del TDAH.

El tratamiento del TDAH es un tratamiento interdisciplinar, que engloba no solo el uso de fármacos, sino también el apoyo escolar con patrones educativos adecuados, pautas de conducta individuales y familiares, psicoterapia de apoyo y refuerzo al paciente, y en el caso de que existan de forma asociada, el tratamiento de los trastornos de la esfera psicológica y del sueño de forma apropiada.

Tras la valoración inicial en la primera entrevista, se realizará seguimiento mensual inicialmente y de forma sucesiva. La frecuencia entre visitas dependerá de cada paciente de forma individual, aconsejándose una demora no mayor de 3-6 meses.

En cuanto a la relación tratamiento farmacológico del TDAH y sueño, es preciso que el clínico conozca que la respuesta al tratamiento con metilfenidato podría estar influenciada por la eficiencia del sueño; de manera que, aquellos niños con una mala calidad de sueño tendrían una mejoría en las medidas de vigilancia y rendimiento, pero no aquellos que tienen una eficiencia de sueño adecuada, quizás porque en estos niños se incrementa su nivel de arousal a un nivel discretamente mejor, lo cual se supone facilita el rendimiento. En general, en niños tratados con estimulantes se observa una mejoría de la latencia de sueño y de la duración del mismo, pero no de los problemas de conducta, de manera que los problemas del sueño deben ser vistos por el pediatra como moderadores de la clínica, pero también de la respuesta al tratamiento farmacológico, bien de manera primaria o secundaria.

Bibliografía.

 
 
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  • Ayuntamiento de Santander
  • Obra Social La Caixa
  • El Diario Montañes
  • Glezco
  • ICASS
  • Zink Padel
  • Nubily
  • Foramen
  • Balneario de Puente Viesgo
  • Laboratorios Janssen
  • Gobierno de Cantabria-Consejería de Educación