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TDAH, actividad física y deportes

En la actualidad, algunos estudios sugieren que los niños y adolescentes dedican más de seis horas diarias a actividades de ocio sedentarias como mirar la televisión, navegar por internet, chatear con sus amigos, jugar o hablar por el móvil. Estamos en la era de las comunicaciones y es muy beneficioso estén conectados con ese mundo. Pero si a esas horas les sumamos las que pasan en la escuela y las que dedican a hacer las tareas escolares en el hogar, el resultado es un exceso de actividad sedentaria. Y eso no es beneficioso para la salud.

El deporte suele ser la actividad socializadora clave en el ámbito infantil. No solo ayuda a mejorar las habilidades sociales fundamentales para un sano desarrollo emocional, sino que al realizar actividad física se obtienen muchas más ventajas de las que a priori creemos.

      TDAH Y ACTIVIDAD FISICA

Estas ventajas también son aplicables a los niños con TDAH, ya que hacer deporte puede ayudar a mejorar el comportamiento, el autocontrol, la disciplina y canalizar emociones negativas como la agresividad.

La práctica deportiva no sólo es saludable para el cuerpo, sino que también lo es para lograr que los niños con TDAH adquieran habilidades cognitivas como el autocontrol. Asimismo, un niño que tiene emociones negativas puede canalizarlas practicando deporte y, de esta forma, aprender a manejar mejor sus propias emociones.

Sin embargo, algunos deportes, en especial los que requieren un trabajo en equipo, suelen ser tan desafiantes para los niños con TDAH que todas estas ventajas desaparecen teniendo especial dificultad para practicar juegos de equipo siendo más probable que tengan mayor éxito en deportes individuales como natación, salto, lucha libre, artes marciales, tennis, esgrima o equitación.

Esto se debe principalmente a las dificultades manifiestas que presentan los afectados de TDAH en aspectos como el sentido táctico, la estructuración, el orden, gestión emocional, etc.

En contrapunto, nos encontramos los deportes individuales que presentan las siguientes ventajas para compensar las características del trastorno:

  • Es más fácil concentrarse debido al contacto directo con sus entrenadores.
  • Obtienen muchos de los beneficios sociales de estar en un equipo, ya que con frecuencia son entrenados en grupos con otros niños, y sólo el esfuerzo y la instrucción son individuales.
  • Suelen seguir el rol de un modelo (el instructor), que da instrucciones claras y sirve de modelo de imitación.
  • Aumento de las rutinas que fomenta la automatización de ciertos comportamientos.

Además, en la mayoría de los casos los niños afectados con TDAH presentan un trastorno comórbido, como por ejemplo: problemas de afectividad (como trastornos del estado de ánimo o ansiedad), trastornos del aprendizaje, fracaso escolar, trastornos de conducta y de una manera cada vez más significativa, Trastornos de la Coordinación Motora (TCM) (Artigas-Pallares, 2003). Según un estudio, más del 50% de los niños diagnosticados con TDAH pueden tener problemas motores.

Algunos autores han observado que la calidad de la motricidad durante los 5-6 primeros años de vida puede predecir la posterior aparición, de forma evidente, de la sintomatología del TDAH. En aquellos estudios donde el objeto de investigación ha sido la coordinación motora fina se ha demostrado una menor habilidad en estos movimientos respecto a los niños que no padecen TDAH.

Los niños con TDAH muestran diferencias significativas en la motricidad fina, global y el equilibrio, teniendo en general menos habilidades motoras que si los comparamos con el resto de niños de igual nivel de desarrollo.

Es evidente que no todos los niños con TDAH están afectados de la misma manera por los mismos problemas motores, por lo tanto es lógico que las características motoras también varíen. En varios estudios se observa que, los niños en los que predominan las alteraciones atencionales, y los que presentan el subtipo combinado, muestran una habilidad para la motricidad fina menor que los niños del subtipo hiperactivo-impulsivo, y éstos a su vez tenían una habilidad menor que los del grupo control.

Los problemas de la motricidad en estos niños siguen el mismo curso que la mayoría de la sintomatología del TDAH, aquellos que nacieron con una torpeza motora evidente, continúan padeciendo este déficit en la adolescencia.

Hasta ahora, se ha podido comprobar la estrecha relación que existe entre las alteraciones a nivel motor, y el TDAH.

Si bien es cierto que diagnosticar el TCM resulta bastante impreciso, en esta reflexión se prefiere hablar de alteraciones o problemas motrices en general. Es por tanto que dichas afectaciones en la calidad de la capacidad motora hacen referencia a un posible déficit en las llamadas Habilidades Motrices Básicas (HMB).
Las habilidades y destrezas que se consideran básicas son las siguientes:

  • Aquellos movimientos que precisan el dominio y control del propio cuerpo: desplazamientos, saltos y giros.
  • Aquellos movimientos que precisan el dominio y control de algún objeto móvil: lanzamientos, recepciones y botes.
  • Estas habilidades son comunes a todos los individuos, y son fundamento de posteriores aprendizajes motrices (deportivos o no deportivos).

En la etapa educativa de la Educación Primaria, el desarrollo de la coordinación neuromuscular es crucial para la construcción adecuada de la motricidad del niño. Las dificultades motoras les impiden desenvolverse y participar de forma competente en un conjunto amplio de actividades cotidianas, incluidas las actividades físicas y deportivas. Concretamente las personas con TDAH son generalmente torpes, y aunque hayan desarrollado una musculatura y tengan fuerza suficiente, que les permita realizar algunas actividades físicas determinadas (ciclismo o natación), les falta habilidad y coordinación motriz en las partes distales de las extremidades (manos y pies), siendo buenos ejemplos la poca capacidad para el baile, los instrumentos musicales, o el agarre y manejo del balón.

Las dificultades a nivel motor en los niños con TDAH son evidentes, por lo que es conveniente ver las implicaciones a nivel práctico.

Desgraciadamente, de todas las dificultades que pueden acarrear estos niños, las relacionadas con el deporte son las menos estudiadas.

En los deportes colectivos como el fútbol, los niños con TDAH afectados por alguna dificultad en la coordinación motora, demuestran que sus cualidades físicas no eran las más idóneas, y casi siempre ocupan puestos de guardametas o defensas. Cuando alguno de estos niños era delantero de un equipo, el subtipo al que pertenecía era el predominantemente hiperactivo, ya que recordando lo anteriormente mencionado, este subtipo se caracterizaba por unas alteraciones menos significativas en la motricidad fina.

Hay que destacar que normalmente las evaluaciones de los niños afectados por este trastorno, son realizadas por psicólogos y/o psiquiatras, los cuales tienen unos objetivos claros centrados en evaluar los aspectos educativos, sociales y emocionales, distantes con todo lo relacionado con la Coordinación Motora y la Actividad Física Deportiva.

Por lo general se desconocen el funcionamiento del sistema nervioso central (S.N.C.) en cuanto a motricidad, tono y coordinación. Por tanto según lo mencionado hasta el momento, es importante resaltar que en la evaluación psicológica clínica se deben explorar otras áreas distintas de las habituales, si se pretende entender y atender a la totalidad de los problemas a los que se enfrenta este tipo de niños.

Si el TDAH está relacionado con las alteraciones a nivel motor, es evidente que estas alteraciones tienen una influencia notable en la Actividad Física Deportiva practicada. No se debe olvidar que, en este tipo de trastornos como en la mayoría de los trastornos psicológicos, todo está relacionado, y las consecuencias en esta área, están en consonancia con las dificultades a nivel social que manifiestan dichos niños. El aislamiento social característico, o el sedentarismo en la etapa adolescente, no son en la mayoría de los casos, casualidades. Los juegos colectivos como el fútbol, están a la orden del día en los recreos de todos los colegios, y por tanto un individuo con una deficiencia en este aspecto, posiblemente será rechazado, y excluido del equipo. Sin duda, esto repercutirá a nivel emocional.

Los Trastornos de la Coordinación Motora y la capacidad en el deporte, son factores para tener una concepción del trastorno mucho más amplia y más integrada, a la vez que, nos permiten tener la posibilidad de ayudar a estos niños con programas de actuación motora más eficaces.

BIBLIOGRAFÍA:

Pedrajas Sanz, N. `Subtipos del TDAH y capacidad para el deporte` www.efdeportes.com

Artigas-Pallares, J. (2003). Comorbilidad en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Rev Neurol, 36 (Supl 1), S68-78

Barkley, R.A., y Biederman, J. (1997). Toward a broader definition of the age-of-onset criterion for attention-deficit hyperactivity disorder. Journal Amer Acad Child Adolesc Psychiatry 36, 1204-1210.

`El deporte mejora el rendimiento escolar y el autocontrol en niños con TDAH` www.comunidad-tdah.com

 

 
 
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