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Parece que cada vez son más los profesionales de la educación que van otorgando una importancia creciente al papel que juega el dibujo en el desarrollo infantil y adolescente, no obstante, las artes plásticas aún no ocupan el papel que merecen dentro de nuestro sistema educativo.

El arte en sus diversas manifestaciones posee numerosos beneficios sobre el crecimiento personal y esto, por supuesto, también se aplica al desarrollo de aquellas personas con síntomas de TDAH, quienes suelen mostrar mayor atención hacia estímulos visuales.

Concretamente, a través del dibujo se puede aumentar la autoestima y mejorar tanto la coordinación motriz como la conciencia sobre el entorno y la capacidad de concentración, incidiendo sobre aspectos como la creatividad e, incluso, la caligrafía, al entrenar la motricidad fina.

De hecho, aunque no existe evidencia concreta de que el TDAH conduzca a la creatividad, existen varios estudios que sugieren que los desafíos de tener TDAH podrían ser ventajosos, en el sentido de que las mismas características que, por ejemplo, dificultan al niño esperar su turno o seguir determinadas instrucciones, pueden promover su pensamiento creativo al tener que buscar soluciones alternativas para superar dichas dificultades.

Por eso, resulta positivo canalizar la creatividad de los niños con TDAH y su orientación hacia estímulos visuales mediante actividades como el dibujo que, por ejemplo, les permite:

• Expresar emociones, sentimientos y vivencias.
• Desarrollar su imaginación.
• Concentrarse en un objeto durante un periodo más o menos largo de tiempo.
• Liberar estrés y tensión.
• Potenciar su atención, al fijarse en detalles o aspectos concretos que quieran representar.
• Enfocarse en la tarea.
• Mantenerse sentado mientras se expresa.
• Satisfacer sus necesidades de estimulación visual de una forma más moderada que con otros medios (videojuegos, móvil, internet, televisión, etc.
• Favorecer su autoestima, siempre que les permitamos expresarse sin criticar sus producciones y haciendo que se sientan respetados. Estas producciones irán mejorando con orientaciones y práctica, incidiendo, a su vez, sobre su autoestima. Además, al ser una actividad relajante que libera dopamina, genera bienestar y nos hace sentirnos mejor.

Todos estos beneficios repercutirán activamente sobre la capacidad de los niños de asentarse en clase y de realizar sus tareas escolares y, por ende, en su rendimiento académico.

Sara Arenal Sainz de la Maza (2019)

Psicopedagoga de Fundación CADAH

Bibliografía.

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Webgrafía.

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